5 frases de "La ridícula idea de no volver a verte" de Rosa Montero

 



Estas son las cinco frases con las que me quedo de La ridícula idea de no volver a verte de Rosa Montero:

  • El verdadero dolor es indecible. Si puedes hablar de lo que te acongoja estás de  suerte: eso significa que no es tan importante. Porque cuando el dolor cae sobre ti sin paliativos, lo primero que te arranca es la palabra.
  • A veces [tengo] la idea ridícula de que todo esto es una ilusión y que vas a volver. ¿No tuve ayer, al oír cerrarse la puerta, la idea absurda de que eras tú?
  • Esta vehemencia en la autoflagelación es típica de la enamorada que siente que se ha puesto en ridículo. ¿Por qué otra causa puede decir una mujer con tanta desesperación que ha sido, es y será una estúpida si no es porque se le ha roto el corazón.
  • Buuuuuummmmm, estalla la bomba del recuerdo en tu cabeza, o quizá en tu corazón, o en tu garganta. Puro terrorismo emocional.
  • No, Marie se dirige a Pierre porque no pudo despedirse, porque no pudo decirle todo lo que hubiera tenido que decirle, porque no pudo completar la narración de su existencia en común.





Reseña de libro: "Poesía completa" de Alejandra Pizarnik

 



¡Este bendito libro! No creo que haya persona que no se encuentre en alguno de los poemas de Alejandra Pizarnik. Y esto es increíble a la vez que muy triste. 

Intenté leer este libro con calma, despacio, pero me fue imposible; es de esas lecturas que se vuelven adictivas fácilmente porque, a medida que iba avanzando, era como por fin darle voz, léxico a esta alma tan pesada que aún cargo.

Qué cosas tan más raras y malvadas son el amor, la oscuridad y el miedo, que encuentran seres similares a los cuáles habitar y en dónde pertenecer a lo largo del tiempo. Somos de décadas distintas, pero al leer a Alejandra, no pude evitar preguntar por ambas el por qué la tristeza nos ha llegado hasta los huesos de una manera tan fácil, por qué estos han sido tan porosos desde una edad temprana y por qué nos ha dado igual dejar ganar todo sentimiento. Siento tristeza por ella y la abrazo... y luego me doy cuenta de que me estoy abrazando a mí. 

Leer su poesía fue delicioso y desgarrador. Sus letras están llenas de musicalidad pero también de silencio, de muerte y de la noche, de búsqueda y del miedo a sí misma, en la espera del final, teniendo un duelo personal. 

Con ella, la muerte se transforma en belleza en un mundo donde la vida está sobrevalorada. Con sus palabras, la muerte se acepta y se deja de temerle. La decisión final de Alejandra es trágica, pero, desde mi punto de vista, entendible. Qué cansancio y qué hartazgo puede ser la vida.

Yo siento que lo que más me llegó fue el aspecto del amor imposible. Le recordó a mi hueco pecho qué es lo que perdí y no volverá. Lloré las palabras de Alejandra que yo no había podido articular jamás.

Me sentía sola y Alejandra me hizo sentir lo contrario. 


LA ENAMORADA

esta lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra alejandra no lo niegues.

hoy te miraste en el espejo
y te fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió

enviarás mensajes sonreirás
tremolarás tus manos así volverá
tu amado tan amado

oyes la demente sirena que lo robó
el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
oh nada de angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no te digan luego
que aquella mujer enamorada fuiste tú

te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida tanto tanto
desesperada, ¿adónde vas?
desesperada ¡nada más!


FLORA ALEJANDRA PIZARNIK fue una poeta, ensayista y traductora argentina. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires y, más tarde, pintura con Juan Batlle Planas. Publicó poemas y críticas en varios diarios y tradujo a Antonin Artaud, Henri Michaux, Aimé Césaire e Yves Bonnefoy. Además, estudió historia de las religiones y literatura francesa en La Sorbona. Se considera que sus trabajos y su poesía dejaron un valioso legado para la literatura latinoamericana. 

5 Quotes from "A Mercy" by Toni Morrison


These are the five quotes I liked the best from "A Mercy" by Toni Morrison:

  • She learned that bathing naked in the river was a sin; that plucking cherries from a tree burdened with them was theft; that to eat corn mush with one's fingers was perverse.
  • Religion, as Rebekka experienced it from her mother, was a flame fueled by a wondrous hatred.
  • Weak as her faith was, there was no excuse for not protecting the soul of an infant from eternal perdition.
  • Although they had nothing in common with the views of each other, they had everything in common with one thing: the promise and threat of men.
  • To be female in this place is to be an open wound that cannot heal.

32


Ya son 32. Y no es un disco de Adele. Es mi pinchi vida. Son 32 años en los que no he encontrado mi lugar en el mundo. Pero, creo que mi manía este año sí encontró un buen espacio a comparación de 2022 en cuestión lecturas. Me parece que haré este tipo de post cada año, una comparación de los libros de la lista de 30 antes de los 30 que he leído sin querer, porque he decidido leer sin seguirla, cosa que, honestamente, es mejor: leer lo que me dicta mi cabeza lectora.


Primeras lecturas (en español e inglés):
El 2023 aún no termina, pero creo que esta lista tiene un límite del 11 al 11 de noviembre de cada año.

5 frases de "La guerra no tiene rostro de mujer" de Svetlana Alexiévich

 




Estas son las cinco frases con las que me quedo de La guerra no tiene rostro de mujer de Svetlana Alexiévich:

  • Toda mi vida he enseñado historia... Y jamás he sabido contarla.
  • Recuerdo mi guerra. En la guerra hay mucha gente a tu alrededor, pero siempre estás sola, porque ante la muerte el ser humano siempre está solo.
  • Ella eligió una lucha acorde a sus fuerzas.
  • Recuerdo a un alemán herido, tumbado, se agarraba a la tierra, la herida le dolía; se le acercó nuestro soldado: "¡No toques eso, es mi tierra! La tuya está allí de donde has venido.
  • Terminada una nos tocó otra guerra [...] Los hombres nos dejaron con la espalda al descubierto. No nos protegieron. En el frente era diferente.