Joanne



"¿Cómo quieres ser recordada? Como alguien que hizo lo mejor con el talento que tenía".


Al igual que millones de personas alrededor del mundo, he amado todo lo que Harry Potter ha representado para mí desde hace unos veinte años, como mi gusto por leer y escribir, así como las amistades forjadas a lo largo del tiempo. Sin embargo, las actitudes de su autora me han recordado el cómo he venido analizando en los últimos meses el tipo de mensaje que ha compartido y la forma en que nosotros, como fans, hemos visto un cambio en nuestra forma de pensar respecto a su persona, una cosa que ella, curiosamente, nos supo guiar, como el identificar a las personas que son carentes de empatía, a quienes no sienten amor o amistad y cómo comportarnos al respecto.

Hace unas semanas, J.K. Rowling utilizó la plataforma de Twitter para mostrar su postura sobre personas de la comunidad LGBTQ+. La autora de Harry Potter ya había encendido las redes con el apoyo dado a Maya Forstater, una investigadora que perdió su empleo por publicar que las personas no pueden cambiar su sexo biológico y que las mujeres trans “no pueden describirse como mujeres” (2019). Además de lo anterior, este verano, precisamente durante el mes del orgullo gay, Rowling llegó a los encabezados después extender su inconformidad al no escribirse la palabra “mujer” en artículo de opinión que hablaba sobre las personas que menstrúan. ““Personas que menstrúan”. Estoy segura de que había una palabra para esas personas. Alguien ayúdeme. ¿Wumben? ¿Wimpud? ¿Woomud? (refiriéndose a la palabra mujer en inglés)” (Rowling, 2020). 

Dado su antecedente, este pequeño comentario exaltó al público, tanto de la comunidad LGBTQ+ como a los que no pertenecemos a ella, porque a nuestro punto de vista, el eliminar a las personas que menstrúan y referirnos solamente a las mujeres, es discriminar a aquellos que no lo son y que tienen que lidiar con ello, como a aquellas personas que están pasando por una transición y que aún menstrúan, así como a aquellas personas que se consideran no binarias. Se les invisibiliza sin necesidad de ponerles una capa de invisibilidad encima.

 Así es como Joanne Rowling ha terminado igual o más odiada que uno de sus personajes de la saga; se ha convertido en una Dolores Umbridge, una mujer intolerante, antipática y racista, mostrando lo que podría ser su faceta como una feminista radical trans-excluyente (TERF por sus siglas en inglés). Según los periodistas Miller y Yasharoff (2020), basándose en la definición de The Urban Dictionary, una TERF es aquella persona que “niega la humanidad de la persona transgénero y que van en contra de lo que la comunidad médica ha aceptado respecto al hecho científico sobre sexo y género”.

En relación a lo anterior y de acuerdo a The Trevor Project (2020), una organización estadounidense sin fines de lucro que se enfoca en los esfuerzos de prevención de suicidio de la comunidad LGBTQ+, sexo se refiere a “la clasificación que una persona recibe al nacer, ya sea masculino, femenino o intersexual”. Mientras que género es “nuestra comprensión y experiencia de nuestra propia identidad”, por lo que es posible que muchas personas se sientan confundidas por ambos términos.

Al respecto, la autora decidió defender su postura diciendo que ha estado muy al pendiente de la comunidad trans, que ha conocido y leído sobre ellos y sobre especialistas del tema debido a que quiere estar al tanto de lo que una mujer joven, como la de sus últimas novelas, estaría interesada en saber, así como también muestra su preocupación por las personas que quieren hacer una transición a pesar de ser muy jóvenes. Además, alude a que por errores del uso de Twitter se han generado malentendidos y que ha sido víctima de la cultura de la cancelación y de diversos insultos por parte de fans y de personas de la farándula.

Daniel Radcliffe, actor que le dio vida al personaje de Harry Potter, respondió a los tuits de la autora precisamente en The Trevor Project, defendiendo la ideología de que las mujeres transgénero son mujeres. “Cualquier declaración que diga lo contrario elimina la identidad y dignidad de las personas transgénero y va en contra de las sugerencias de las asociaciones profesionales de la salud” (Radcliffe, 2020).

De una misma manera controversial, la autora ha recurrido al queerbaiting, un término que se utiliza para referirse a los autores, escritores o productores que intentan atraer a la audiencia LGBTQ+ al dar pistas sobre una posible relación del mismo sexo entre personajes (Mitchell, 2018) pero en donde no hay confirmación o en donde los personajes terminan siendo heterosexuales a pesar de haberse visto lo contrario. 

Por ejemplo, esto puede apreciarse en su libro y obra teatral Harry Potter y el legado maldito, en donde sus personajes principales Albus Potter y Scorpius Malfoy muestran afinidad y cercanía, pero que, por medio de un solo diálogo, la magia se pierde y uno de los personajes muestra de pronto una atracción hacia un personaje femenino. Del mismo modo, recuerdo aquel entonces en que dijo que Dumbledore era gay (2007), pero que porque los gays se ven como todos los demás había decidido no agregarlo al canon. Para mí y para muchos fue una revelación en un principio; en aquel entonces todavía no comprendía la importancia de la representación y, para mí, ella ya había hecho una inclusión y un gran cambio, pero, ¿solamente un personaje gay en un universo tan grande? 

Pero Rowling supo cómo seguir ganándose a muchos, incluyéndome, con ese argumento a través de los años, así como también nos ganó por responder de manera inteligente y sarcástica que caracteriza a las personas británicas. Aprovechando esto, sacó más material relacionado con el universo mágico cinematográfico, Animales fantásticos, en donde el personaje icónico de Dumbledore vuelve a aparecer, pero de manera visual distinta: joven, buen parecido, dejando atrás las grandes capas de mago para utilizar algo más moderno, de acuerdo al contexto de las películas.

Al ver esto, inmediatamente la comunidad mostró interés, ya que esto supondría que, al ver la juventud de Dumbledore, podríamos ver la relación gay que Rowling (Kieffer, 2019) vendía como “increíblemente intensa” y “apasionada”. Sin embargo, se aclaró que el personaje no iba a mostrarse explícitamente gay.

Siendo una de millones, siento decepción al ver que uno de los personajes más importantes de la literatura actual haya decidido usar su plataforma para decirle al mundo que no acepta que una mujer trans no es una mujer. Es inimaginable pensar en el sentir de las personas que son fans de la saga y que se vieron resguardadas todos estos años en un mundo mágico mientras su autora favorita les da la espalda. 


Una vez le llegaron a preguntar cómo le gustaría ser recordada. Ella respondió hablando de su innegable talento para escribir. Lamentablemente, será recordada como aquella persona que decidió atacar a un importante sector con un Avada Kedavra lanzado a traición. A los que a pesar de que nos cambió la vida y que tendremos a Harry en nuestro corazón por siempre, no nos queda más que lanzar, más que hechizos de protección, llamadas de atención, tuits, apoyos económicos, firmas de peticiones, campañas de concientización, así como estar dispuestos a preguntar, aprender y enseñar. 

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